martes, 15 de marzo de 2011

SOCIOLINGÜÍSTICA

La sociolingüística estudia el lenguaje en relación con la sociedad. Su objetivo de análisis es la influencia que tienen en una lengua los factores derivados de las diversas situaciones de uso, tales como la edad, el sexo, el origen étnico, la clase social o el tipo de educación recibida por los interlocutores, la relación que hay entre ellos o el tiempo y lugar en que se produce la comunicación lingüística.
La sociolingüística nació del interés por ir más allá de unos estudios que consideraban la lengua como un sistema abstracto, aislado del hablante y de la sociedad. El término sociolingüística aparece por primera vez en 1952 en el título de un trabajo de H. C. Currie; sin embargo, una de las fechas más importantes en los inicios de la disciplina es 1964, año en el que se celebraron en Estados Unidos varias reuniones importantes -convocadas principalmente por lingüistas, sociólogos y antropólogos- que despertaron el interés de muchos especialistas e impulsaron el desarrollo de la disciplina. A partir de esta fecha, se inició una actividad incesante en torno a los estudios sociolingüísticos en Estados Unidos, Canadá e Inglaterra.
En el nacimiento de la sociolingüística confluyeron los intereses de distintas disciplinas como la lingüística, la antropología o la sociología. W. Labov cuestionó la dicotomía  chomskyana competencia/actuación por entender que era imposible separar el sistema de la lengua de su realización. Del mismo modo, si N. Chomsky afirma que el objetivo de la lingüística es la competencia de un hablante-oyente ideal que pertenece a una comunidad homogénea y que no se encuentra afectado por factores ajenos, W. Labov insiste en la importancia de la variación lingüística y afirma que la justificación de esa variación es la interrelación entre los factores lingüísticos y los sociales. Acota así el concepto de competencia sociolíngüística, que describió como el resultado de la suma del nivel interno de la lengua (competencia), el externo (actuación) y los factores sociales.
A grandes rasgos, existen dos vertientes dentro de la sociolingüística: una empírica, que se encarga sobre todo de la recogida de datos y que posiblemente sea la responsable del desarrollo actual de la disciplina; y una teórica, cuyo objetivo es la reflexión sobre esos datos. La investigación en sociolingüística se desarrolla principalmente en tres campos: el de la sociolingüística cuantitativa urbana o variacionismo (esta rama estudia la variación lingüística asociada  a factores sociales que se da en un hablante o en una comunidad de hablantes), el de la  sociología del lenguaje y el de la Etnografía de la comunicación.  Entre estas corrientes hay diferencias teóricas y metodológicas importantes. Además, cada país tiene unas escuelas, unas tradiciones, unas convenciones de estudio y unas situaciones sociolingüísticas particulares que determinan las investigaciones.
Algunos lingüistas, ante el desacuerdo existente acerca de qué parcelas son objeto de estudio de la sociolingüística y cuáles quedarían fuera de su ámbito de estudio, han propuesto que los estudios sociolingüísticos pueden incluir desde el estudio de la comunicación interpersonal, por ejemplo los actos de habla o la secuenciación de enunciados (microsociolinguística), hasta el estudio de la planificación lingüística, la elección de la lengua en comunidades bilingües o plurilingües o las actitudes lingüísticas (macrosociolingüística).
Las relaciones entre la sociolingüística y el aprendizaje de lenguas han sido numerosas y fecundas. Por un lado, la sociolingüística se ha interesado por los procesos de adquisición de lenguas (primeras y segundas) ya que el contexto social es uno de los factores más influyentes en este proceso. Por otro lado, la didáctica de lenguas ha recogido los planteamientos básicos de la sociolingüística: la variación lingüística debe estar reflejada en la enseñanza de una lengua y es por tanto necesario prestar atención a la lengua en su contexto social. En la didáctica de lenguas es imprescindible poner de manifiesto los componentes sociolingüísticos de la comunicación tanto en la producción como en la recepción de la lengua por parte de los alumnos. El Marco común europeo de referencia para las lenguas apunta que los estudiantes de una lengua extranjera deben desarrollar los  conocimientos y destrezas  necesarios para poder utilizar la lengua en su dimensión social, es decir, para desarrollar su competencia sociolingüística.

Otros términos relacionados

Bibliografía básica

  1. López Morales, H. (1989). Sociolingüística. Madrid: Gredos.
  2. Moreno Fernández, F. (1998). Principios de sociolingüística y sociología del lenguaje. Barcelona: Ariel.
  3. Hudson, R. A.  (1980). La sociolingüística. Barcelona: Anagrama, 1981.

Bibliografía especializada

  1. Fishman, J. A. (1971). Sociolinguistics: A Brief Introduction. Rowley, Mass.: Newbury House.
  2. Fasold, R. (1990). The Sociolinguistic of Language. Oxford.

SEMÁNTICA

La gramática teórica está dividida en cuatro áreas principales, que son: fonología, morfología, sintaxis y semántica.
Semántica (del griego semantikos, “lo que tiene significado”), estudio del significado de los signos lingüísticos; esto es, palabras, expresiones y oraciones.
Quienes estudian la semántica tratan de responder a preguntas del tipo "¿Cuál es el significado de X (la palabra)?".
Para ello tienen que estudiar qué signos existen y cuáles son los que poseen significación —esto es, qué significan para los hablantes, cómo los designan (es decir, de qué forma se refieren a ideas y cosas), y, por último, cómo los interpretan los oyentes—.
Tenemos que partir de una definición previa. Sabemos que todo signo lingüístico tiene dos caras: el significante o parte material del signo y el significado o imagen mental que sugiere el significante.
Aun hemos de añadir un nuevo elemento: el referente o elemento real, existente, al que se refieren tanto significado como significante. No es lo mismo la palabra que designa un referente que el referente mismo. 
Componentes del significado
El significado o imagen mental está compuesto por una serie de rasgos conceptuales que todos los hablantes de una lengua asocian de una manera general a un significante. No obstante lo dicho, hay que tener en cuenta que este significado tiene dos componentes: 
Denotación. Son los rasgos conceptuales objetivos. Es el significado que presenta una palabra fuera de cualquier contexto. Constituyen el núcleo semántico fundamental. Son comunes a todos los hablantes. Es el significado que encontraremos en el diccionario  
Connotación. Son los rasgos conceptuales subjetivos.  Son las significaciones que lleva añadidas una palabra. Estas significaciones tienen un carácter marcadamente subjetivo. Dependiendo de los hablantes, una misma palabra puede tener connotaciones distintas. 
La semántica estudia las diferentes relaciones que contrae un signo con todos los demás, pues todo el léxico constituye un sistema, cuya estructuración facilita a los hablantes la adquisición de ese léxico.
Vamos a ver alguna de estas relaciones.
Relaciones entre significantes: la homonimia
La homonimia
Decimos que dos palabras son homónimas si su significante es el mismo; es decir, están compuestas por los mismos fonemas, o su realización fonética coincide. No se trata, pues de relación entre significados.
La relación homonímica más habitual se produce entre palabras de distinta categoría gramatical:
Vino: sustantivo, masculino, singular
Vino: tercera persona del singular del pretérito indefinido, del verbo venir
Pero también se produce en palabras de la misma categoría. Se da en aquellos casos en que el significado de las palabras no tiene ninguna relación, porque proceden de étimos distintos.
Hinojo: "planta medicinal” (finoculum)
Hinojo: “rodilla” (genuculum )
Dentro del concepto general de homonimia, se pueden distinguir :
palabras homógrafas: Tienen las mismas grafías y los mismos sonidos 
haya: "árbol"
haya: "primera/tercera pers. sing. presente de subj. de haber"
palabras homófonas: Tienen los mismos sonidos, pero distinta grafía.
Aya: "criada"
halla: "segunda pers. sing. Imperativo verbo hallar ".
Todas ellas son, por supuesto, homónimas. Las dos primeras son homógrafas. Las dos últimas son homófonas, entre sí, y respecto a las anteriores. (Ver: Parónimos)
Relaciones entre significado y significante: monosemia, polisemia y sinonimia
Monosemia
Es la relación habitual que existe entre el significado y el significante en una palabra. A un significante se corresponde un solo significado.
Por ejemplo, la palabra lapicero expresa un referente que sólo puede ser evocado mediante ese significante.
Polisemia
Una palabra es polisémica cuando podemos expresar con ella varios significados. O, dicho de otra forma: un significante puede tener varios significados.
La polisemia se distingue de la homonimia en que se trata de una relación entre los dos planos del signo lingüístico: los diferentes significados de una palabra tienen, o han tenido, un origen común.
Araña:  'animal'/'lámpara'
Espada: 'instrumento'/'matador de toros.'
La polisemia es uno de los mecanismos más eficaces de economía lingüística, pues permite expresar varios significados con un único significante.  
Sinonimia
Dos o más palabras son sinónimas si tienen el mismo significado. Es decir, la sinonimia consiste en la igualdad de significado, cuando existen diferentes significantes.
Algunos lingüistas niegan la sinonimia, pues en realidad no habría dos palabras con un significado totalmente exacto. O, cuando menos, sería prácticamente imposible encontrar palabras con el mismo significado teniendo en cuenta todas sus acepciones y contextos en los que podría aparecer.
Por ello, se pueden distinguir diversas formas en que puede presentarse la sinonimia:
Sinonimia conceptual: Los significados denotativos son plenamente coincidentes. Ej: listo=inteligente
Sinonimia connotativa: Puede, en ocasiones, no haber coincidencia denotativa; sin embargo, esto no impediría que se consideren sinónimos por los valores connotativos que encierran. Ej: listo=zorro
Sinonimia contextual: En determinados contextos, se pueden establecer ciertas sinonimias que serían impensables en otros. Ej: listo=preparado, en contextos como ¿Estás listo?
Relaciones entre significados: el campo semántico
En estos casos sólo tenemos en cuenta el significado de la palabra; nos olvidamos del significante. Todo significado está constituido por una serie de notas significativas que aluden a su referente, y que pueden servir para diferenciar unas palabras de otras: reciben el nombre de semas. El conjunto de todos los semas de una palabra es el significado o semema.
Evidentemente, los sememas aluden siempre a los referentes, pero no se identifican con ellos. Las palabras no son  las cosas, sino la forma de referirse a ellas.
Cada lengua expresa una visión del mundo diferente, aunque el mundo sea el mismo para todos. Ello obedece a que el significado de las palabras no se establece de una manera arbitraria.
Es posible descubrir una estructuración lingüística también dentro de los significados. De ahí nace el concepto de campo semántico: es un conjunto de palabras que tienen un sema común, entre las cuales se pueden establecer diversos tipos  de relaciones. Cada lengua posee su propia forma de estructuración de sus campos semánticos.
Ciertos factores contribuyen a esta estructuración. Los más estudiados son los que se verán a continuación.
Hiperonimia e hiponimia
Llamamos hiperónimo a la palabra cuyo significado abarca al de otras, que se conocen como hipónimos. Los hipónimos a los que se refiere una palabra son, entre sí, cohipónimos. 
Se pueden distinguir:
Relaciones de inclusión: Un conjunto de palabras puede estar englobado dentro de otra palabra que las incluya a todas. 
Hiperónimo
Hipónimos
 
Flor
Clavel
Cohipónimos
Rosa
Margarita

Relaciones lineales.  En otros casos, se establecen relaciones de sucesión. Así sucede, por ejemplo, con los nombres de los meses o los días: Enero, Febrero,... Diciembre; lunes, martes,..., domingo. 
Hiperónimo
Hipónimos
 
Día
lunes
Cohipónimos
martes
miércoles

Relaciones de oposición: complementariedad, antonimia y reciprocidad
Se entiende por antonimia, en un sentido general, el hecho de que dos palabras tengan dos significados contrarios. Sin embargo, no siempre se trata de la misma relación. Así, distinguimos tres tipos de oposiciones distintas.
Complementariedad. La negación de uno de los elementos supone la afirmación del otro. Ej: cruento/incruento.
Antonimia. Entre los dos términos propuestos se extiende una gradación. Ej: caliente/frío.
Reciprocidad. Un  término implica al otro. Ej: entrega/recepción
Valores expresivos del significado
El significado puede convertirse en un elemento de máxima efectividad expresiva. Si tenemos en cuenta los elementos de la comunicación, la situación comunicativa nos va aclarar el significado de muchas palabras. Pero a veces, el contexto referencial hará que surjan significados nuevos, que antes no estaban presentes.
Tenemos que tener en cuenta que toda palabra tiene un significado denotativo y un significado connotativo. Las connotaciones pueden ser positivas o negativas, siempre dependiendo del hablante que las considere.
Cuando una palabra tiene mayoritariamente connotaciones positivas, las llamamos palabras-ronroneo; frente a las palabras-gruñido. Democracia sería una palabra-ronroneo; frente a dictadura, palabra-gruñido
Ahora bien, hay palabras consideradas negativamente por todos. Se produce, entonces, el fenómeno que se conoce como tabú. Con esta palabra se designa lo prohibido en una lengua polinésica, de donde se toma.
Palabras tabú son aquellas que no pronunciamos, porque tienen una carga connotativa despectiva. Se sustituyen por otras palabras que designan la misma realidad, pero sin esas connotaciones peyorativas. Es lo que conocemos como eufemismos (del griego: palabra bien sonante).
Ciertas partes del cuerpo siempre han estado sometidas a fenómenos de tabú. Pocos son los alumnos que se atreverían a pedir al profesar permiso para ir a "mear". Y en el caso de que la hicieran se consideraría una falta de respeto. La normal es que se utilice el eufemismo: "¿Puedo ir al servicio?
Al igual que existen eufemismos, también hay disfemismo. Cuando la palabra tabú se sustituye por otra, pero de carácter humorístico. En vez de muerto, fiambre.
Familia semántica
Se entiende por Familia Semántica aquel grupo de palabras unidas por una idea o grupo de ideas, que pueden ser sinónimos, antónimos o ideas afines. No confundir con Familia léxica.
Ejemplo:
A continuación te entregamos algunas palabras que corresponden a una determinada familia semántica:
Piedras preciosas
a) esmeralda
b) rubí
c) topacio
d) jade
e) diamante
Aves canoras
a) zorzal
b) canario
c) jilguero
d) ruiseñor
e) calandria
f) alondra
Conjunto o grupos
a) bandada
b) piara
c) cardumen
d) enjambre
e) jauría
f) manada
Algunas familias Semánticas:
Lee y estudia el significado de las siguientes palabras de cada grupo.
Familia semántica: habla
Lengua: es el lenguaje de una nación.
Idioma: lenguaje de una nación o país.
Dialecto: variedad regional de un idioma.
Argot: jerga, jerigonza.
Jerga: lenguaje especial de ciertas profesiones u oficios.
Germanía: jerga de ladrones y rufianes.
Coa: jerga de los delincuentes chilenos.
Lunfardo: jerga de los delincuentes argentinos.
Facundia: abundancia y facilidad de palabras.
Elocuencia: arte de conmover o persuadir con palabras.
Locuaz: que habla mucho.
Parlanchín: que habla mucho o dice cosas inoportunas.
Verborrea: abundancia de palabras insustanciales.
Parco: sobrio, moderado (incluyendo el lenguaje).
Lacónico: breve, que expresa su pensamiento con pocas palabras.
Cuchichear: hablar en voz baja al oído.
Charlar: conversar sin objetivo determinado.
Departir: conversar con alguno sobre algo.
Platicar: hablar unos con otros.
Vagido: llanto del recién nacido.
Diálogo: conversación entre dos o más personas.
Monólogo: soliloquio.
Soliloquio: habla de una persona no dirigida a otra.
Galimatías: lenguaje oscuro y confuso.
Dislalia: dificultad de articular las palabras.
Barbotar: barbotear o mascullar.
Musitar: murmurar, susurrar, hablar entre dientes.
Bisbisar: musitar, hablar entre dientes.
Mascullar: hablar entre dientes.
Balbucir o balbucear: decir vacilantemente palabras.
Vociferar: hablar a grandes voces.
Desgañitarse: gritar o vocear esforzándose.
Vitorear: aplaudir con gritos de alabanza.
Familia semántica: discursos y refranes
A) Discursos:
Discurso: razonamiento de alguna extensión dirigido por una persona a otras.
Invectiva: discurso acre y violento contra personas o cosas.
Diatriba: discurso o escrito violento e injurioso contra personas o cosas.
Apología: discurso oral o escrito, en defensa o alabanza de personas o cosas.
Homilía: plática para explicar al pueblo materias religiosas.
Ditirambo: discurso de alabanza exagerada.
Arenga: discurso breve destinado a enardecer los ánimos.
Panegírico: discurso encomiástico (de alabanza).
Filípica: invectiva, censura acre (áspera).
Sermón: discurso religioso orientado a la corrección moral.
Predica: sermón o plática.
Alocución: discurso o razonamiento breve, dirigido por un superior.
B) Refranes:
Paremiología: tratado o estudio de los refranes.
Refrán: dicho popular con enseñanza de validez general.
Adagio: máxima, sentencia breve.
Proverbio: refrán, sentencia.
Dicho: palabra o frase original. Grupo de palabras con que se expresa un concepto verbal.
Sentencia: dicho conciso con una enseñanza.
Apotegma: sentencia o dicho memorable.
Aforismo: Máxima de intención moralizante.
Máxima: pensamiento adoptado como regla de conducta.
Otros ejemplos:
Familia semántica: airoso
Garboso
Gallardo
Apuesto
Elegante
Esbelto
Gentil
Galán
Triunfante
Vencedor
Sus antónimos:
Desgarbado
Fracasado
Fuente Internet:
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